jueves, julio 13, 2006

Perfume

-¿Todas las teiboleras huelen a condon de frutas? Qué rico -dice el Barrygón luego de agarrarle una nalga a la mujer que baila en la tarima.
Suelto una carcajada desde mis asiento. En el Infinito ninguna carcajada retumba. Sólo la música.
Es difícil distiguir las voces de las mujeres.
Luego señala a una rubia.
-El año pasado me la llevé al privado dos noches seguidas, y me decía: ¿Otra vez andas cachondito, mi amor?

Miré a la rubia, con sus pechos macizos, aperlados. La cintura le estaba desapareciendo. ¿A dónde carajos se van las cinturas de las mujeres?

El Barrygón desapareció el tiempo que duraron tres canciones. Regresó con una sonrisa de oreja a oreja.
-La teibolera me reconoció.
-Ella hace bien su trabajo, eh -le dije.
-Con madre, güey. Y ella también huele a condón de frutas.

miércoles, julio 12, 2006

Una torta de jamon

-Odio las tortas de jamon -dijo Mauro, el director porno -. Prefiero cosas exóticas como el sushi o pasta italiana.
Las teiboleras que estaban sentadas en su mesa no paraban de soltar carcajadas. De pronto una de ellas se levantó de su lugar.
-Me toca bailar.
-¿Dejarás que te toque las tetas? -preguntó Mauro.
-¿Por qué te gusta tanto agarrar las tetas? ¿Estás enfermo o qué? -reprochó una de ellas.
-Momento, aquí a la única vieja que nunca le he agarrado las tetas es a ti, porque las tienes muy flojas y me dan asco.

La teibolera llamó a un mesero y en un parpadeo ya había tres cabrones sacando a Mauro del establecimiento. Lo encontré afuera intentando llamar de su teléfono celular.
-Las mujeres son una mierda -dijo él.
-Nosotros también. Por eso nos gusta venir a verlas.

Pateó la llanta de un carro jurando que no las incluiría en su siguiente película porno.
-Ya verás. Esa la voy a mandar a un festival en España. Y si gano un premio, estas putas seguirán siendo unas muertas de hambre.

Esas muertas de hambre, siempre regresan a sus casas en taxi. Nosotros nos sentamos en una banca de la Alameda, esperando a que vuelvan a pasar los camiones.