lunes, junio 12, 2006

Lo prohibido

Sólo hay un asiento vacío en ese camión. El tipo que está a un lado acaba de encender un cigarro. Le hago el gesto de que me deje sentarme.
-¿No le molesta que fume? -me pregunta.
No contesto. Sólo tomo asiento y comienzo a hojear una revista que me regaló Romelia. "Es de política, a ver si así te concientizas un poco sobre las condiciones en que tienen a este país", me había dicho ella.

-¿En serio no le molesta que fume? -volvió a preguntar el tipo.
-No.
-Porque encenderé uno más.
-¿No se supone que está prohibido fumar en el camión? -le gruño.
Un breve silencio. Luego murmura que "si a usted no les molesta, me vale madres que esté prohibido".

Sigo hojeando la revista. Luego me dice:
-A mí me molesta que usted traiga una revista de política. Pero eso no está prohibido, ¿verdad?
-Pues no.
El camión se detiene y el hombre se pone en pie. Sale del camión y se va caminando por la Alameda.