miércoles, julio 12, 2006

Una torta de jamon

-Odio las tortas de jamon -dijo Mauro, el director porno -. Prefiero cosas exóticas como el sushi o pasta italiana.
Las teiboleras que estaban sentadas en su mesa no paraban de soltar carcajadas. De pronto una de ellas se levantó de su lugar.
-Me toca bailar.
-¿Dejarás que te toque las tetas? -preguntó Mauro.
-¿Por qué te gusta tanto agarrar las tetas? ¿Estás enfermo o qué? -reprochó una de ellas.
-Momento, aquí a la única vieja que nunca le he agarrado las tetas es a ti, porque las tienes muy flojas y me dan asco.

La teibolera llamó a un mesero y en un parpadeo ya había tres cabrones sacando a Mauro del establecimiento. Lo encontré afuera intentando llamar de su teléfono celular.
-Las mujeres son una mierda -dijo él.
-Nosotros también. Por eso nos gusta venir a verlas.

Pateó la llanta de un carro jurando que no las incluiría en su siguiente película porno.
-Ya verás. Esa la voy a mandar a un festival en España. Y si gano un premio, estas putas seguirán siendo unas muertas de hambre.

Esas muertas de hambre, siempre regresan a sus casas en taxi. Nosotros nos sentamos en una banca de la Alameda, esperando a que vuelvan a pasar los camiones.