jueves, enero 06, 2005

Nohemí

Nohemí no era para nada la mujer con más bella cintura en la ciudad. Pero era divertida y nunca abusó de sus prisas por beber la copa que le pagaba cada semana. Fue por ella que el Good Music se volvió el table dance más cómodo de la ciudad. "Mejor que la sala de mi casa", pensaba entre risas. Y es que la mujer no paraba de parlotear sobre cada una de sus compañeras, insistiendo en que: "Tú eres un poeta, ¿no? ahora demuéstramelo y escribe sobre ellas. Cuando saques tu libro vienes y me relgalas uno".
-No sé si publique un libro algún día.
-No seas mamón y escribe -concluyó.
Una noche entré y creo haberla visto en un rincón, tambaleándose. Gritaba cosas que no entendí, reconociendo que su voz se había vuelto afónica. Un par de pasos y terminé volviendo el estómago en un rincón del negocio hasta que los meseros me sacaron a la calle.
¿Qué revista era? No sé. Casi un año después regresé al Good Music y no veía a Nohemí por ningún lado. Una bailarina se acercó a mi mesa y le dije que le invitaría una copa si me decía qué sucedió con Nohemí. Ella se sentó sobre mis piernas y comenzó con el maldito guión de "cómo te llamas, de dónde eres, a qué te dedicas"...
-Caray, mujer. Dime qué pasó con Nohemí.
Ella me vio con un semblante serio, rigurosamente profesional.
-No puedo hablar de compañeras que ya no trabajan aquí -contestó en un tono agrio.
-Entonces ya no es tu compañera.
-Pero no nos permiten hablar de eso. ¿Me invitas otra copa?
Le dije que no. Un par de calles después me senté en la banqueta a esperar un camión. Creo que dejé la revista en el suelo.