jueves, diciembre 02, 2004

En la Feria

Estaba contestando al gato Chester de la cantina el Nuevo Parral que las cosas iban bien. Por supuesto que él sólo me respondía con maullidos. Sonó el teléfono celular y era una poeta Poundiana:
¿Tienes dinero?, me preguntó.
¿Dinero como para qué?
Para ir a la feria del Río Santa Catarina.
Y Joaquín Vicente se topa en la calle con la Narradora Química y el Poeta Cacofonógrafo. Les avisa de la idea para irse a la feria y llegan al Bar Reforma por la Poeta Poundiana.
Ahí esdtamos bebe que bebe, cerveza para variar. Joaquín Vicente insistiendo en la postura de artista engreído, asegurando que no tiene por qué ser amable con una mujer que no lo lleva al carrusel.
Salen los cuatro cuando ya se está cerrando el bar. Alguien extrae un churro de entre sus bolsillos y se suben a un puente a fumarlo. En algún momento la Poeta Poundiana arroja la mitad del churro a la avenida Constitución, clamando por un poco de atención. Luego un taxi a la Alameda para comer tacos y tortas de barbacoa. Las dos mujeres se notan divertidas por ser la segunda ocasión en la misma semana, que llegan a ese negocio con distintos hombres. El Poeta Cacofonógrafo no dice gran cosa, y Joaquín Vicente no deja de pensar: Alguien debería decirles a estas mujeres que Joaquín Vicente no es una opción. Por eso mismo las invité al Fantasma, un bar after de Villagrán, apenas se escabulló el Poeta Cacofonógrafo porque "tengo que trabajar".
Un buen lugar, del mismo dueño del table dance Cascabel. Un largo pasillo con mesas de billar, la mitad de un corvette detrás de la barra, como si fuera el esqueleto de un pescado gigante, la fotografía de un extraterrestre mirándome desde la puerta del baño, una Narradora Química tomando fotos de aquí y de allá.
No sé qué más sucede con las mujeres. Ellas siempre terminan abordando un taxi. Yo siempre termino bebiendo en un par de cantinas más. Andando en la calle no es raro ver el amanecer solo. Tampoco es tan solemne como ver que el sol despunta en una playa, pero al menos la rapidez te evita la tristeza. Rapidez, metales y humo. Esta es la feria a la que me trajeron. No a la de los juegos mecánicos.



1 Comments:

Blogger Dulce M González said...

¿Y no le dijiste a la poeta poundiana que se pusiera los audífonos? jajaja

7:31 a.m.  

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