jueves, noviembre 04, 2004

Cinco teiboleras de colección

Frida:
Trabajaba en el tabledance Hollywood, en la esquina de Tapia y Zaragoza. Hace meses que cerraron ese negocio. La conocí en mi primer visita a uno de estos antros.

Jade:
Trabajaba en El Zodiaco, en la avenida Cuauhtémoc y cinco de mayo. Ya también cerraron este table. Ella cursaba la preparatoria en una escuela para adultos en Espinosa y Juárez. Yo era maestro allí.

Nohemí:
Una buena amiga teibolera, del Good Music, Zaragoza. Tenía un hijo al que su madre ayudaba a cuidar. La última vez que la vi, no me atreví a hablarle porque ella estaba algo gorda, y yo poco borracho. Meses después pregunté por ella y nadie me quiso dar información.

Daisy:
De Las Vegas -Treviño y Colegio Civil-. Era la versión chiquita de Maribel Guardia. Creo que primero la conocí en un table llamado La Zota -en Villagrán, no en avenida Colón, donde está ahora el negocio-.

Julieta:
La más reciente de mis niñas. En El Harlequín, antes llamado Muñequitas -Zuazua y Arteaga-. La primera vez que se sentó en mis piernas dijo que quería conversar sobre la Novela Los Miserables, de Víctor Hugo. También que acababa de comprar el libro La Divina Comedia, de Dante Alighieri. Regresé una semana después y ella no me atendió en lo más mínimo, porque -lógico- se había conseguido un cliente con dinero de verdad. Yo me puse a beber y observar mujeres. Es lo que va uno a hacer.