miércoles, noviembre 10, 2004

El Guapo Chester

Es un gato. Así de simple. Entré con Aarón Aguirre al Nuevo Parral, y la única mesa sin clientes tenía al animal acostado encima.
No lo podemos quitar, porque esel dueño del local, me dijo el mesero.
El Aarón sólo sonrió. Yo no me ocupé en creer o no creer, porque hace tiempo que dejé de complicarme la vida con la idea de los derechos animales y todo eso. Ya hasta tienen sus cementerios privados, cuando yo no tengo seguro ni un par de metros para que caven mi fosa. Total que tomamos asiento en la barra, y hasta que el susodicho gato se levantó pudimos ocupar la mesa.
Un par de años después me quedé en el departamento de Liliana, cerca de allí. Cuando salió a trabajar me dijo que la esperara a comer. Entre la resaca y los ojos llorosos llegué al Nuevo Parral y saqué de mi mochila una cámara con la que había tomado fotografías a la mujer. Dije: Guapo Chester, voltea para acá, y el felino volvió su atención hacia mí, maullando como un dueño atento a su clientela.